lunes, 4 de abril de 2011

Everlaw

No hay nada inexplicable.

Mi lápiz desapareció.
La mañana del 23-R me encontraba en la terminal con destino a Brindik.
Yo lo había dejado encima de la mesa y al girarme ya no estaba allí, lo he comprobado miles de veces; pero no está en parte alguna. Al principio creí haberlo comido, pero la madera y el grafito no forman, todavía, parte de mi dieta.
El lápiz era verde y atendía por W.Faber. Hace tiempo que me ronda por la cabeza un pensamiento terrible. Esta soledad me hace pensar cosas extrañas, yo nunca he tenido un lápiz verde, nunca he escrito a lápiz, ¡¡¡Un lápiz verde, qué tontería!!!
Les aseguro que no estoy solo en esta casa. Debe haber alguien, pues alguien tiene que haber cogido mi lápiz. Veo cosas que se desdibujan cuando intento tocarlas, las paredes se comban, el suelo se mueve, aparecen rostros en las puertas, me cruzo con sombras que desaparecen en el lavabo. Les aseguro que no estoy bien, incluso estoy pensando seriamente en que lugar habré extraviado mi lápiz verde.
Sigue sin aparecer Hilda, mientras los ñandúes polacos intentan calmar a un ciudadano histérico.

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