jueves, 7 de abril de 2011

Falsend 1.2 (1)

Recogí la chaqueta arrugada. Busqué plumas negras entre los rayos de un sol apático. La luna chapoteaba alegremente con aire ausente mientras escondía su cuerpo entre sabanas de agua.
Fuera de allí extrañas brisas hacían girar los colores en las nubes. 
Las señales que dejaron otros exploradores. Construir un nuevo paisaje. Las agujas del reloj, signos tristes.
Podrían robarnos palabras los cuervos y decidimos tapar nuestras bocas con besos salados. Dejó que los gestos se convirtiesen en rituales desconocidos. El viento del norte pronuncia tu nombre mientras ocultabas mis oídos entre tus susurros.
Pasaron noches largas y frías. Sonreía desde la ventana haciendo señales a los veleros asesinados entre la niebla naranja. Esquivaba el minutero cerrando los ojos y pasando un dedo errante por sus labios resecos.
Cerrábamos los párpados para paladear recuerdos jugosos y lejanos. La noche no nos contaba nada nuevo entre sus ráfagas de brisa añil.
Recuerdos. Pronto llegarían las lluvias de suspiros y volverían a jugar a desesperarse. Los gestos cíclicos les harían quedar exhaustos al amanecer.
Temores de tardes vacías. Un continuo roce de cuerpos en combate premeditado y heroico.
Las calles regadas con lágrimas y ellos volteando el sol asombrado. Nubes verdes se hundían en el océano. Dibujar por enésima vez las geografías siempre por descubrir. Sedientos y aletargados esperando que el reloj cosquillease sus sueños.

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