martes, 31 de mayo de 2011

Nocturno

Noches así para olvidarse de uno mismo. Niebla húmeda y silencio. Silencio, palabra  hermosa que se arrastra en la boca como una serpiente despistada,

Noches como esta que no significan nada aunque las pesadillas sonrían en las esquinas de la cama.

Noches así que no consiguen hacerle desaparecer en el sumidero de lo imposible. Colección de inútiles convicciones y deseos en madrugadas extrañas que le sorprenden despierto mientras ese reloj no se detiene.

Durante un instante creyó ver luz en algún sueño, pero el despertar siempre le sorprende.

Aguardando a que le atrape la penúltima pesadilla mientras abre la ventana para que escapen los sueños...

Amanecerá dentro de poco...ojalá no hayan escondido el sol.

So bright!

Esta mañana es el sol, este sol que ayer jugaba a incendios sobre la hierba. Esta mañana es la caricia de una voz, el sonido de aquella risa, unos abrazos...
Esta mañana es luz, que no brilla más que mi interior.

lunes, 30 de mayo de 2011

Ruta 2.0

El camino se tuerce en curvas oscuras y ciegas.
¿Dónde se perdió?¿En qué lugar de la ruta equivocó el camino?
Nada que le oriente.Hacia atrás la oscuridad entreverada de los árboles que entrelazan sus copas.¿Hacia el frente?. Al frente no hay nada:ni oscuridad,ni señales que indiquen cual es la bifurcación adecuada,ni estrellas marcando el firmamento.
¿Cual fue el cruce que le despisto?
Intenta recopilar información,recordar...y solamente consigue arañar la tierra buscando las respuestas que perdió.
Se sentará con las piernas cruzadas escuchando la brisa entre la hierba y los aullidos del silencio ...esperará,aguardará mientras la noche continua apuñalando sueños,mientras las nubes ahogan la luna roja y risueña;permanecerá ,con media sonrisa en el rostro,hasta que las preguntas ya no tengan sentido,hasta que el camino deje de importar...porque no hay principio ni final en un círculo.

Paso a Paso

Se irá poco a poco...no hay más remedio. Se irá poco a poco...no hay más remedio. Aunque sean las mismas palabras la frase no significa lo mismo.
 Descolocado y transparente.
 En la mayoría de las ocasiones la renuncia cae del mismo lado, aplastando casi siempre a los habituales.Es la misma y repetida historia, ya me cansa, me agota ;el resto son pamplinas, pamemas; ruido 
Se irá poco a poco,en un guión demasiado repetido.
Comienzo a recordar como se siente un pez fuera del agua.
 Hoy es otro día o tal vez sigue siendo el mismo.
Devastado.
Despacito,muy despacito,poco a poco;los enfermeros prefieren tirar fuerte y rápido de los esparadrapos.
En un bucle,descolocado, devastado, ¿perdido? 
No hay un estoy, ni un soy.
  

jueves, 26 de mayo de 2011

Amanecer 2.0

         Despertarse con la única convicción de que no se existe y, a pesar de ello, se respira; de que nada cambia y todo permanece, de que el sol es sólo una ilusión lejana y de que esa voz no puede estar llamándonos.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Putrefacto

Huele a muerto, el que lee está muerto, descubres tu carne putrefacta; ahora sabes porqué te ignoran, porqué aparecían flores en el quicio de tu puerta. 
Hueles a algo y es a muerte. 
Nunca descubrimos la verdad, tú eres una excepción, aunque te creas vivo tienes que reconocerlo mientras ves los gusanos enroscarse en lo que fue tu piel. Jamás has estado en este ni en ningún mundo. Tus ficciones han crecido hasta el límite de creerte vivo y han sobrenadado sobre la verdad. Mírate en el espejo, sonríele y entonces sabrás porqué nunca has vivido. Mírale  y rebuzna bien alto.

martes, 24 de mayo de 2011

Rydeen 3.0



Esperábamos con los ojos abiertos a que el sol apareciese en el horizonte. Nuestros cuerpos cansados, nuestras mentes vacías. Nada cambia, todo permanece; el reloj se ríe sobre la torre, sólo esperamos que algo suceda, que la brisa nos arranque una leve sonrisa para que podamos sentirnos vivos.

Abismo

¿Ir hacia algún lugar? Se giró para precipitarse al  dulce abismo de veneno negro.

lunes, 23 de mayo de 2011

Amanecer

Abrir los ojos. La habitación ya no es la misma, pero sigues sin comprender porque poco a poco,el sol no aparece jamás

Fade out 2.0

Desaparecerse. Esa sensación única e intransferible. Desaparecerse en otro y dejarse arrastrar hacia el pozo oscuro de la amargura y la desesperación.

viernes, 20 de mayo de 2011

Inútil 2.0

Nada importa ya, sólo la lluvia; una canción y los reflejos de un pasado que ya no puede apuñalarnos. Sabemos que no podemos trascender porque todos somos seres insignificantes, a pesar de ello seguimos luchando. 

Inútil

Podemos sentir el deseo, podemos sentir el veneno, podemos sentir la lengua jugueteando dentro de la boca, podemos sentir la descarga eléctrica subiendo por la espina dorsal; podemos sentir la inutilidad de todo esto y seguir vivos   a pesar de todo.

Morfeo 4.0

                             Sueño que jamás soñé. Me despierto aliviado y bebo sorbos de agua amarga. Una luz naranja se cuela entre la  persiana, puede que esto también lo haya soñado.

jueves, 19 de mayo de 2011

Agrimensor Samsa

 Gregorio Samsa sueña con un agrimensor al que no permiten entrar en un castillo, mientras que el duque espera noticias de su bastardo enrolado en el Gran Teatro de Oklahoma. 
 Gregorio Samsa sigue soñando con un mediocre Joseph K. que implora ayuda para recuperar unos papeles extraviados en los juzgados.
 Gregorio Samsa duerme y no puede ver como un oscuro empleado de seguros pasea por una extraña ciudad repleta de adoquines y tranvías.    


                                                                                                        

miércoles, 18 de mayo de 2011

Weisland 1.0 (2)

            Desde mi cama puedo huir hacia la realidad y jugar al visionario por unos instantes. Las garras de las pesadillas predicen gestos conocidos y alguien me cierra los ojos, mientras murmuran los aulladores de  los pantanos y los ñandúes polacos se emborrachan con los posos de las botellas acumuladas en los contenedores.



                           Esperábamos el rocío para iniciar el rito del bourbon caliente y la ginebra espesa. El sol, entretanto, juega al escondite con nuestras miradas.



                          Extraños olores en el aire viciado de timbres de tranvías erráticos. Algunos ciudadanos pasean sus culos atocinados al compás de los suicidas sistemáticos. Los tranvías amarillos arrastran cadáveres sonrientes de jóvenes oficinistas



                          El mediodía nos envuelve para engullir nuestras miradas tras las gafas de sol. Fumaremos cigarrillos apoyados en la barandilla del muelle donde los barcos revientan plácidamente y algunos niños famélicos se ahogan con extraña aplicación. Alguien querrá comer hígado fresco y las palomas tuertas aparecerán aleteando con mi corazón entre sus picos.



                         Los atardeceres le pertenecen, agarrándose a sus ojos tristes. En el cielo se dibujan gaviotas simuladas y nubes color mostaza. Lentamente comienza el desfile de los ñandúes polacos hacia los estercoleros al ritmo de la lluvia de compota de malvavisco.



                      Nada cambia y las jarras de cerveza se amontonan sobre la mesa. Ellos ensayan frases lapidarias. Nosotros esperamos alejados, conversando sobre personajes desaparecidos. Los monitores muestran el ajetreo mecánico de las cópulas patrocinadas por el Gobierno. La noche la vuelve a traer ensimismada en su vermú, ajena al caos de los ciudadanos escupiendo sobre los mendigos ciegos.

La noche no trae señales, sólo una blanda sensación de derrota etílica, de amarga ebriedad y de una certeza: el tiempo había llegado para quedarse.



Weisland 1.0 (1)




                                                 Largos silencios. Se iba haciendo mayor, lo notaba en pequeños detalles, en las miradas torvas de los ñandúes polacos que barrían la plaza de las ejecuciones cíclicas.

Intentábamos descifrar los significados de la conducta disipada de los ciudadanos con amplias gabardinas grises.

Llueve en los recuerdos. La calle ha comenzado a llenarse de colores vivos y extraños sonidos. Los tratantes de sueños intentan borrar su paso acuchillando el reloj del  Ayuntamiento.

Les esperaban unas cervezas frías. Nosotros jugábamos a lanzar dardos de mezcal y peyote. A veces podían ver la luz al final del túnel. Las cervezas “Potiemkim” seguían enfriándose y el juego sólo podía comenzar.
Una hermosa joven saborea un vermú en una terraza soleada. Las miradas no pueden más que rozarla. Un ciudadano gordo acaricia los muslos morenos de la joven, ella está absorta; saborea su copa y parece pensar...pero sólo lo parece.

Ellos jugaban a contar estrellas mientras el licor de ajenjo resbalaba por la comisura  de sus labios. Esperaban el paso de los tranvías amarillos repletos de futuros muertos para hacer saludos crípticos y rituales. No esperaban nada, perdían sus miradas en un horizonte extraño buscando surtidores de delfines o goletas fantasmas.

Días que traen suspiros de sueños degollados y bruma azul muerte. Días para ser guardados en el desván del olvido o para decorar el interior de un alma muerta. Días que nos descubrirán la amarga senda que conduce a ninguna parte.
Ellos permanecen ajenos a las puñaladas certeras de los calendarios, nosotros les observábamos a través del humo ceniciento de las hogueras donde cantaban los eunucos subvencionados por las órdenes monásticas mendicantes. Deseábamos danzar sobre los cristales rotos y los tranvías que se quemaban por orden ministerial. Se podía escuchar un sordo rumor que nacía de las tripas de las mulas que esperaban en el matadero. 

Esperábamos la legada de los bomberos autistas y su coro de niñas angelicales que rociarían la noche con absenta, miel y licor de aluminio. 







               

martes, 17 de mayo de 2011

Morfeo 3.0.1

                                       Un escalofrió recorrió mi espalda al observar la mole de cemento desde el callejón. Era una casa gris, sucia, fea. La humedad se aferraba a las paredes oscuras. La fachada amenazaba, con sus columnas, la calle desierta.

Me acerqué con paso decidido hasta el portal. La solitaria bombilla, pegada al techo, esparcía sombras por la escalera mohosa. Los ojillos saltones de una rata me asustaron. Amague una patada. El roedor siguió plantado en mitad de mi camino. Trague saliva al deslizarme a su lado, arroje un pedazo de carne envenenada y la golosa rata corrió tras ella; no sin antes intentar morderme en una pierna.
Encontré la puerta del piso abierta. Hacia frío. Los árboles golpeaban las ventanas para pasar la noche en casa, calientes y protegidos. No dije el nombre de nadie. La casa estaba vacía. Saqué una botella de cerveza de la nevera. Había platos sin fregar y restos de ceniza sobre la mesa camilla.

Recorrí el pasillo oscuro, con un espejo gastado que me devolvió una imagen distante y cansada mientras los pasos resonaban sobre el suelo de madera. Olía a humedad. Pensé en todos los que se estaban amando. Una solitaria lágrima apareció en mi ojo brillante.

Encendí la luz. El conmutador se abatió con un sonido sordo. La cama estaba sin hacer. Mientras me desvestía no pude evitar miradas furtivas sobre mis hombros. Flotaba un silencio agobiante, extraño, espeso.

Las sábanas estaban húmedas. Me costo trabajo estirar las piernas. Ningún rumor traspasaba la ventana. La luz timad de una luna chiquita, como un gajo de limón, esparcía reflejos sobre la cama. Un sopor dulce, amable intentaba seducirme.

Desperté sobresaltado por culpa de un portazo. Me levante sigilosamente y gire el picaporte con el corazón en vilo. Me quede parado intentando descubrir siluetas en la oscuridad. Cruce el pasillo con rapidez, solo encontré una puerta semi-abierta que yo estaba seguro de haber cerrado. El silencio rodaba sobre los baldosines verdes del anticuado retrete. Regrese a mi habitación intentando olvidar mis sospechas

No puedo dormir. Un leve ruidillo, como el de unas pequeñas garras arañando madera, revolotea por todo el piso; tal vez venga de alguna de las habitaciones cerradas. Mi respiración es rápida, ansiosa. Me    gustaría saber que o quien produce el sonido, pero estoy demasiado cansado para incorporarme y abrir la puerta.

Cierro los ojos y me esfuerzo por seguir la nana que marca el rumor. Estoy agotado, tanto que apenas siento como los rayos de la luna acarician mi rostro pálido. Lentamente la puerta se abre...

lunes, 16 de mayo de 2011

Sórdido




Había estado coqueteando con el asunto durante mucho tiempo. Esa mañana  había tomado la decisión definitiva. No, no había sido fácil; los argumentos a favor y en contra fueron sopesados, vistos desde todos los puntos de vista hasta la saciedad.

Había decido que aquella situación no podía continuar, tenía que poner remedio a tanto tiempo anclado en la duda, atrapado  entre el deber y la necesidad.

Aclaró los términos de la prestación por teléfono, así como la hora de la cita. Apuntó la dirección en un trozo de papel tras colgar el móvil mientras una sensación de vértigo comenzaba a subirle desde la barriga.

Se preparó concienzudamente: tomó del armario ropa elegante, se afeitó con parsimonia y se duchó como queriendo ahuyentar los malos espíritus.

Salió a la calle casi a hurtadillas, evitando los encuentros y las miradas.  Al llegar a su destino sintió una oleada de sensaciones…suspiró y subió despacio aquel tiro oscuro de escaleras.

Esperó frente a la puerta tras pulsar el timbre todavía estaba a tiempo de dar media vuelta. Una hermosa señorita vestida con un traje ajustado que marcaba sus rotundas curvas le ofreció pasar con una sonrisa pícara.

Al cabo de una hora pisaba la calle con una sonrisa radiante en su rostro. No había sido tan maravilloso como decían unos ni tan sórdido como proclamaban otros: simplemente había ocurrido.

Caminó erguido hacia su casa luciendo su nuevo implante capilar

miércoles, 11 de mayo de 2011

Rydeen 2.0 (y 2)

Sobre la cresta de una ola del Ruysm encontré un sueño entre los restos del espejo. Algunos suicidas señalaban con sus ojos hacia el sureste con mirada de ahogados felices.
Los ciudadanos comen patas de gallinas crudas. Las nubes arrancan briznas de Océano. Alguien me llama desde un balcón. Una mujercita de ojos verdes quiere recuperar su paloma índigo de ojos tristes. Sonrío, aunque no puedo dejar de observar que debajo del vestido no lleva nada. Grito desde la calle:
-                  “Ahora le subo la paloma, pero tendrá que invitarme a tomar el té con pastas de ojos de ballenato ahorcado”.
Atrapar una paloma índigo no es una tarea sencilla. Encontré la paloma en unas escaleras del muelle, estaba empapada, temblaba de frió y se acurrucó entre mis manos. Los reflejos de la luna jugaban al escondite sobre la superficie del río. Caminaba despacio, todavía había luz en la ventana de la mujercita de ojos verdes.
Era casi la hora en la que suele amanecer cuando besé por última vez su ombligo con forma de rubí. Me subí el cuello del abrigo y crucé la ciudad. El Océano arropaba deseos huidos de las camas frías y solitarias. Tiré el paquete de cigarrillos en una fuente. Se podía escuchar el rumor apagado de los recogedores de basuras. Tenía tiempo de sacudirme las plumas de paloma índigo de ojos tristes que la mujercita me había regalado.
Busqué la ruta de las tabernas. La paloma me miraba y yo sentía su respiración cálida, asquerosa.
Resbalé en un charco y, desde él, un lapicero de ebonita dibujaba palabras de olores distintos.
Intenté regresar al cafetín, pero la paloma me pesaba mucho. Un cuchillo y su sangre salpicó mi traje, dibujó un nombre maldito y una rosa de los vientos.
 Al llegar al cafetín sin nombre saludé a los demás, pedí un zumo de ojos de actriz y regalé plumas de paloma índigo de ojos tristes a las muchachas sifilíticas. Me dejaron solo jugando con pajaritas de papel y mi lapicero de ebonita.

Rydeen 2.0 (1)

Caía la lluvia de lágrimas anaranjadas cuando decidí acercarme hasta el centro. Eludí los nuevos tranvías rojos y las muchachas sifilíticas, que no llevaban ropa interior, mostraban, con rubor tímido en sus muslos, sus mejores carnés de baile (se notaban muy gastados, como de madrugada de Año Nuevo.)
Las avenidas iban llenas de gente con gabardinas sobadas y gaviotas perdidas de andar exasperante.

El olor a carne de lactante empañaba el anochecer en Rodeen. Algunos de nosotros fueron a refugiarse en un cafetín sin nombres.
Vagaba por las callejuelas mojadas buscando una paloma índigo de ojos tristes y un lapicero de ebonita. Pensé en las lágrimas de vainilla que estarían helándose en la nevera esperando la llegada del ocaso.
Las terrazas están casi vacías. A lo lejos pasan coches de caballos con señoritas pálidas que saludan al pasar. Todos se asombran que, tras las ráfagas de lluvia de lágrimas anaranjadas, el sol otoñal brille azul sobre un cielo lleno de estrellas fugaces y arco-iris de colores fríos. El aire ya no regala olores de frambuesas y bicicletas pilotadas por muchachas. La media tarde resbala lentamente hasta que un velero se la lleva.

Alguien ha robado ese color mustio al Océano.


martes, 10 de mayo de 2011

Rydeen 1.0 (y 3)

La abandoné con los labios destrozados a mordiscos. Escapé de sus ojos en mitad de una pesadilla. Besé sus caderas mientras ella recitaba sonetos indescifrables.
Huí en la noche buscando a Nak. Tropecé con él a la salida de un bar y supe que me iba a divertir. Aplastamos las cabezas de algunas cucarachas que gritaban nombres de diseñadores, ahogamos a las ladillas de un tal Verlaine, arañamos ojos de ñandú polaco y quemamos las cejas de un tratante de sueños que dormitaba sobre el cadáver de un gordo.

Regresamos ebrios de noche. Naranjas saladas para saborear la vida; la mezcla de lo prohibido. Quisimos perdernos otra vez en el vientre de las estrellas, pero el océano se cerró sobre nosotros. Desayunamos licor de abedul con ginebra de iridio. Los murciélagos escribían con alas sangrientas el cielo desesperado.”Todavía hay esperanzas”- dijo Nak antes de vomitar rubíes sobre la tarta de moras dejada sobre el cuerpo abandonado de ella; en sus ojos las luces del amanecer brillaban con última lascivia

Rydeen 1.0 (2)

El sol arrastra las sombras de los edificios. Las aguas del Ruysm reflejan un cielo extraño y una ciudad de juguete. Ella desvía la mirada hacia mi buhardilla.
Permanezco sentado sorbiendo el licor de mandarina mientras su vestido blanco juega con la brisa. Cae la tarde, a lo lejos escucho risas extrañas y los timbres de las pesadas bicicletas negras. Quisiera poder cerrar los ojos y sentir la caricia del tiempo sobre mi nuca, pero ella sigue ahí, a mi lado. Le sonrío y beso sus labios bajo las primeras luces de las farolas.

La casa es un eco lejano de soles robados y océanos perdidos. Jamás volveremos a observar el vuelo de las gaviotas reflejado en las jarras llenas de licor de mandarina.
Desde la ventana de nuestra habitación se ve la ciudad. Los cadáveres terminan sus juegos y regresan a las oficinas en sus monturas humeantes de ajonjolí. Los niños dejan que las palomas les saquen los ojos con un sonido suave, como de ola perezosa.

Ella se pasó la lengua por los labios brillantes. El sol arrojaba miradas entre las rendijas de la persiana que no consiguieron hacernos beber nuestro último sueño.

El anochecer llega como un asesino aficionado. Los tranvías resbalan hacia la muerte con chispazos violetas. Alguien, con sonrisa efervescente, tira piedras a los calendarios. Algunos edificios revolotean sobre la luz triste del horizonte. Espero, sujetando la barandilla, que la luna errática parpadee mensajes. Dicen que hay un Océano lleno de estrellas lentas y náufragos flemáticos.


Rydeen 1.0 (1)

En sus ojos había amor, en su gesto lascivia, en su andar aromas secretos; pero su boca escondía mentiras lacerantes.

La luz del sol se diluía sobre la jarra de licor de mandarinas. Ella estaba allí, leyendo poemas de un tal Paul Verlaine. Rydeen se llenaba de olores nuevos, de silbidos desgarrados de las golondrinas negras y de jóvenes de sonrisas amables y camisas blancas. El Ruysm se deslizaba con lentitud acariciando las gabarras cargadas de vainilla y miradas de odio ajeno.
En sus ojos había amor y en su lengua experta sabor a fresa.
Kafka tosió levemente desde la mesa del fondo. Los músicos de la orquestina bebían, entre pieza y pieza, potasio en grandes vasos ahumados.
Unir imágenes de sueños lejanos. Cientos de araña sobre la cara. El último intento para zambullirme dentro de la jarra de licor de mandarina. El cielo tiene un color verde ataúd. Una copa para enterrar   pesadillas inconclusas.
En Rydeen ya se siente el verano. Algunas muchachas bajan la mirada temerosas. Intento descifrar las notas que he tomado sobre el dorso de la cuenta. Ella deja el libro sobre la mesa y espera con sus labios, húmedos, entreabiertos, que algún mortal lleve su aliento prendido de la solapa.
Me sobrepasa la vida. Siento el gusto dulzón de sus caricias; pero dentro de mí algo se quiebra. Pasa un tranvía lleno de anodinos oficinistas. Kafka saluda a Vian antes de continuar leyendo una carta en Falwai.

Morfeo 3.0

Noches así para olvidarse de uno mismo. Niebla húmeda y silencio. Silencio, palabra  hermosa que se arrastra en la boca como una serpiente despistada,


Noches como esta que no significan nada aunque las pesadillas sonrían en las esquinas de la cama.
Noches así que no consiguen hacerle desaparecer en el sumidero de lo imposible. Colección de inútiles convicciones y deseos en madrugadas extrañas que le sorprenden despierto mientras ese reloj no se detiene.
Retroalimentación o inspiración,por un instante creyó ver luz en algún sueño, pero  siempre termina despertándose.
Aguarda a que le atrape la penúltima pesadilla mientras abre la ventana para que escapen los sueños...
Amanecerá dentro de poco,ojalá no  hayan escondido el sol.

lunes, 9 de mayo de 2011

Rueda de la fortuna

Mala noche para escapar de uno mismo o para escuchar canciones que desasosiegan.

Puedo oler el Océano desde aquí...puedo ver un puente y una noria gigante...y un gran montón de ojalás aparcados junto a las mentiras cotidianas.

Quizás mañana cuando no haya ni aquí ni ahora pueda reflexionar, quizás ya no haya chicas de vestidos de flores o mujeres de mirada triste y húmeda.

Me quedaré aquí, esperando a Nak y Molibdeno,  frente a la pantalla que vomita vídeos, haciendo tiempo jugueteando con el vaso vacío. Llegará Molibdeno con su cabello oxigenado y pagará una ronda antes de perdernos en las calles para apedrear farolas, para vomitar en las papeleras....ya no es tan duro como antes ,es casi un deporte.

Quizás mañana la canción sea otra, quizás mañana, quizás...ojalá la noria gigante gire y gire, ojalá la muerte pase de largo, ojalá haya pensamientos que blinden estas noches.

Mala madrugada para dejar el gin-tonic y no hay ninguna camarera que diga "te vas a poner tontito", y no hay ninguna canción que atraviese las tripas...sólo canciones que desasosiegan por desconocidas o porque también a éstas se le ven demasiado las tripas.

Seguiré esperando a Molibdeno...mientras tanto seguiré aguardando a que algún ojalá guiñe un ojo.


Lunes de hierro

Hay lunes de hierro: duros, densos, fríos...se intentan sobrellevar. Hay lunes de hierro pensados para resistir, para endurecer, para perderse entre las brumas de sueños perseguidos.

Hay lunes...porque hay sábados y domingos de minúsculas.
Aquí brillo y me reconcilio conmigo y mis pequeños diablitos. Aquí...emito pulsiones de calor hacia los lugares que quiero recorrer despacio, dibujo imágenes deseadas y gestos que no necesitan explicación.

viernes, 6 de mayo de 2011

Ahora

Hay momentos en los que todo está tan claro. Hay instantes en que se revela el entramado.
Puede asustar, pero  uno se acostumbra a ello.
Quizás, parte  de este negocio, sea  ir acostumbrándose...y sin embargo es tan necesario no hacerlo.
Y llegarán días más brillantes. Vendrán tardes para volar y noches en las que perseguir amaneceres.
Brillar, volar .
Y ahora es la noche, una  noche cálida que recuerda a otras noches de primavera. Y serán sueños y promesas a uno mismo.
Llegará de nuevo el sol...siempre llega .

Rumores

Se comenta que ayer se perdieron algunos deseos entre el tráfico, que alguien dejó olvidado un mapa de ilusiones sobre el capó de un coche, que se pudo ver a varios sueños trastabillar borrachos por el barrio chino...se dicen tantas cosas... aunque solamente una importa...las hadas y la magia saben.



jueves, 5 de mayo de 2011

Morfeo 2.0

A veces es el sol en el rostro.
A veces la lluvia contra los cristales.
Es el ansia por escapar hacia el territorio de los sueños...ten cuidado con lo que pides en sueños, amigo; puede cumplirse. Ese lugar habitado por brujas buenas, hadas traviesas, automóviles que se paran en mitad del cielo, amigos desaparecidos, atardeceres azules...ansia por retener el lugar deseado, el momento justo en el que el Océano se lleva las lágrimas y las decepciones.
A veces es querer comerse la carretera o esconderse entre las canciones.
"Siempre hay alguna solución", dijo mientras asomaban sus dientes lobunos antes de morderme...tal vez sería mejor despertar y dejarse llevar por las olas.

A place to hide

Un lugar donde esconderse.Un lugar donde perderse,simplemente un lugar donde estar a salvo de los otros, de uno mismo ;a veces ocurre que está demasiado lejos y hay que correr, correr, correr...aunque no hay caminos ni carreteras.

Un lugar donde esconderse, un refugio:no tiene que ser un lugar físico...a veces basta con recordar y sentir.

Viajar

Hay tantos lugares a los que nunca iremos, tantos lugares que hemos atisbado desde las ventanas de la memoria y el deseo, tantos lugares anclados en los sueños.Sabemos que existen esos lugares, sabemos que existen porque  nos han empujado hasta el umbral o porque nos han llevado de la mano.

Entre las imágenes robadas y las luces del amanecer; entre las sábanas revueltas y la ducha deben existir esos lugares.Algunos todavía no hemos perdido la esperanza de  retomarlos.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Nak 14.0

Amigo ha llegado el calor de golpe como de golpe llegan imágenes y recuerdos del pasado.
Amigo, como nos mintieron al decirnos que ser mayor sería muy divertido.Se quedaron muy anchos y ufanos fumando sus farias, bebiendo sus copazos de brandy chungo y riéndose de nosotros.
Ha llegado el calor de golpe mientras Kapek y Nak coleccionan adioses y botellazos en la cabeza. Alguien canta a lo lejos, destrozando canciones de los Smiths. Se ha acabado el tiempo de los valientes y llega la hora de los acochinados, los cobardes y los cínicos.
"Dame otro golpe, golpéame"-decía el borracho con cara amable. Nak y Kapek le inflaron a hostias como panes, siempre tan amables y cumplidores.
Ha llegado el calor y el sabor del gin tonic, ha llegado la época de la camiseta, la época de las miradas lúbricas que nunca son para mí. Ha llegado la hora de cambiar pero siempre me encuentro a contramano.
Me iré con Nak y Kapek a cerrar los bares, a buscar putas baratas o, simplemente, a dejarse vencer por el alcohol de garrafón y acabar vomitando odio en cualquier papelera.
Ha llegado el calor, pero nadie se va enterar del brillo y el ansia.



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Desalmado




Una vez creyó tener un alma.

Fueron días luminosos de olor a hierba recién segada y flores silvestres. Fueron tardes de brisa fresca en la cara y sol cómplice .Vinieron noches de estrellas y galán de noche. Creyó tener un alma e incluso sonreía ante el espejo.

Una vez creyó tener un alma y parecía que podía emocionarse con una canción, con un gesto, con el brillo de una mirada, con un atardecer encendido, con un Océano salvaje, con el vuelo rasante de un cormorán;con pequeñas cosas que parecía que removían su interior.

Afortunadamente se percató de que aquello era solamente el síntoma de una neurosis pasajera.Hace ya tanto tiempo de aquello que, cuando algo parece afectarle y  asoma esa sombra incongruente solamente tiene que tomar aire y recordar que los espejos no sonríen, que nadie se ocupa del galán de noche, que, al fin y al cabo, es mucho más cómodo ser un desalmado.

Ruta

A veces camino bordeando la línea,quien no lo hace;pobres de nosotros si no lo hiciésemos.

Otra tarde extraña vaciándose entre los edificios, un comienzo de noche y, tal vez, algunos sueños agazapados .Una noche hecha para solitarios emboscados.

Avanza la noche, deslizándome entre las sombras,despacio, lento; no hay prisa.Sólo hay que sentir la brisa, la caricia.Avanza la noche,conozco el camino y ya no me importa el regreso.

martes, 3 de mayo de 2011

Velocidad

¡La raya, la raya! Gritaba desesperado. Te la habrás esnifado, so capullo. No, no es esa raya, es la línea que no hay que cruzar...o si. ¿Cruzar? Si, cruzarla para perder, para hundirse, para no pensar más.
Le dejamos allí, palpándose el cuerpo...quizás buscaba la raya, la línea u otra cosa que le hiciese llegar hasta el próximo aman
ecer.

Naufragar

Había dejado sus convicciones en la otra chaqueta .
Las zapatillas, el  pelo corto y el sabor de la cerveza fresca. 
Algunos sueños se apelmazan en las sábanas revueltas. Suena la brisa nocturna y las canciones que jamás compartieron. Sabía las palabras adecuadas, pero no era tiempo de pronunciarlas, nunca habría tiempo.
Agarrado al vaso intentaba no naufragar, trataba  de escuchar las nubes o atrapar más imágenes para noches como esta.
Solamente el sabor de sus muslos en los labios y otro sueño para sonreír.