Las luces de la ciudad no consiguen apagar la luz de su interior incandescente.
Ilumina las calles con su resplandor hiriente que traspasa su piel.Se puede adivinar su interior de aristas y algodón.
Titila y arde.Relumbra y quema.
Las luces de la ciudad,avergonzadas,se apagan a su paso y la sonrisa sigue apuñalando sombras
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