viernes, 27 de enero de 2012

Nak 58.0

Seguía pegado a la barra con la mirada fija en el vaso, ajeno a todo el bullicio. Su lengua, como la de un ñandú polaco, lamía el filo cortante del vaso que le habían servido  siguiendo las estrictas normas de higiene y urbanidad imperantes en el gremio hostelero. Chupó cuidadosamente la sangre de su labio. La sangre caía sobre el mostrador.Suspiró y se dijo que no estaría nada mal recuperar algunas pesadillas mientras escribía con sus dedos rojos sobre la espalda de una mujer 

No hay comentarios:

Publicar un comentario