Había pasado tanto tiempo bajo su sombra heladora,había asumido,por costumbre,su papel de sosias y eco, que no se había dado cuenta de que,realmente,era el otro quien se alimentaba de su esencia.
Había tardado tantos años en darse cuenta de que el otro se aprovechaba de su ingenuidad ,que ya nadie tomaba en cuenta sus palabras,que todos le veían como una mala copia;como un reflejo desvaído del auténtico genio.
Había llegado a darse cuenta de sus oscuras maniobras melifluas.Comenzó a recordar como se había encaprichado de sus objetos más preciados,solamente para socavar su ego débil y aumentar los aplausos de los ignorantes.
Pudo por fin huir de su influencia,pero seguía viéndole cada mañana en el espejo.
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