viernes, 23 de marzo de 2012

Nak 69.0

Olores tan acres que no habitaban ni en las más pútridas pesadillas de Nak.Olores que  hacían que,incluso los ñandúes polacos,torciesen los picos.

Olores que presagiaban el final de las noches violentas y los amaneceres acodados en el malecón.
Olores tan desagradables que obligaban a los Ciudadanos a embadurnarse con los húmedos humores de las putas caras.
Los efluvios impregnaban la ciudad y ni en los tugurios se estaba a salvo de ellos.
Los tratantes de sueños sonreían mientras seguían descuartizando las pesadillas que Nak había olvidado entre las sábanas.

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