La mayor parte de los sueños de Nak eran tan vívidos que deseaba despertar para vivir realidades paralelas y mediodías sin mentiras.
Las mañanas le arañaban los ojos y tenía que apartar sus sueños con un ademán de hastío.Enfrentado al espejo Nak ansiaba realidades lánguidas y suaves,pero tropezaba una y otra vez con Ciudadanos sebosos, oficinistas diletantes,jovenzuelas de largas piernas,tranvías amarillos y madres de miradas lasciva.
La noche llega a borbotones golpeando el Océano naranja.Nak se acurruca en la cama,cierra los ojos y desea no soñar con la realidad.
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