"¡Sed irresponsablemente felices!" Esta era la consigna que se repetía ,como una letanía , en todos los altavoces desvencijados que colgaban ,aparatosamente, en las esquinas de todas las calles de Weisland.
Los Ciudadanos ,sebosos y lánguidos, hacían caso omiso de semejantes patrañas mientras seguían,con los ojos semicerrados,el ritmo de sus felaciones rituales .
"¡Sed irresponsablemente felices!" Se oía rebotar en las paredes de un ciudad fría y vacía ,y Nak no podía más que sonreír pensando en su vida mísera,en su inexistente futuro y en los mapas de esa piel que jamás volviera a surcar.
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