Cuanto se siente más cerca del otro más ansias tiene de volar hacia el horizonte. Cuanto más tiempo emplea junto al ajeno más desea galopar ,sin rumbo, por las interminables praderas,
Cuanto más sabe que la presa no escapará de su hermosa trampa ,construida con tanto mimo, más busca distanciarse y sentir su dulce poder.
Cuanto más lejos vuele , más grande, duradero e invisible se hace el vínculo, porque no existe el regreso para quien jamás se ha ido del todo.
Existen falsos recuerdos tan pegados a la memoria que terminan por crear realidades paralelas.
Coleccionas imágenes que ya no tienen sentido en álbumes guardados en olvidados cajones.
Atesoran momentos insustanciales y los categorizan como hitos de sus vida.
Al final del camino encontrarás historias tan difíciles de contar que acaban anegadas por las lágrimas, enterradas por el dolor, envueltas en la monotonía o sepultadas por tu olvido.
Cuenta esa historia que me estremece mientras la oscuridad nos rodea.
Cuéntate otra vez ese cuento que hace que se erice la piel y la respiración se agite.
Cuéntales de nuevo aquello que pudo haber sucedido mientras pasaba los días monótonos y grises.
Cuéntanos ,por enésima ocasión, aquel suceso que nadie quiere creer y que aún te hace mirar por encima del hombro cuando caminas por esas calles que pocos frecuentan.
Seguiremos callando aguardando el atardecer y volverás a quedarte en silencio ,ante el sucio cristal de la ventana ,con la mirada perdida en el horizonte sabiendo que la mejor historia es la que permanece oculta entre tus dedos.
Los abismos que creamos y las simas que terminan por engullirnos. Pesadillas de medianoche y miedos al amanecer. Paranoias a media tarde y angustias al anochecer.
Así se deconstruye algo que llamabas alma, Así se aniquila lo poco que queda en tu interior.
El falso brillo de soles mentirosos en amaneceres intuidos. Las sábanas cálidas y los cuerpos pegajosos. El precipicio cotidiano por el que resbalar hacia la inconsciencia.
El sabor del deseo en la comisura del recuerdo. La memoria de los sabores regalados en mañanas lluviosas. El paso definitivo que deseamos dar al otro lado del umbral.
Así,con la mejor de las sonrisas, continuamos resbalando por el tobogán hacia el agujero cotidiano que acaba por devorarnos de nuevo.
Canciones que desasosiegan por desconocidas .Canciones a las que se le ven demasiado las tripas. Canciones que alguien entonará en su coche, a solas, mientras devora las distancias y el alquitrán se mezcla con la ginebra. Canciones que acompañan en un viaje hacia ninguna parte con los faros deslumbrando alimañas, el capó asesinando insectos y las ruedas aplastando serpientes.
Canciones que sólo tienen sentido si se comparten, canciones que sólo existen si suenan al ocaso, canciones que te atravesarán cuando, al doblar la curva, contemples el Océano .
