miércoles, 25 de noviembre de 2015

Nak 427.0

Nak prefería esperar los amaneceres acurrucado en el camastro mientras los recuerdos calientes del vodka corroían sus tripas.
Podía escuchar,al otro lado de la pared, los alaridos de placer de los oficinistas al ser sodomizados y los gemidos roncos de las mujeres sin rostro.
Los Ciudadanos,guarecidos del frío dentro de sus enormes coches oscuros, aguardaban masturbándose  en la calle el final del apareamiento ritual .
Nak,escondido entre las sábanas sucias,dejaba que la noche se consumiese y se refocilaba en el recuerdo de peores noches.

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