Aguarda a que cambie el viento para poder desplegar las alas negras,para poder desentumecer los músculos y planear sobre los deseos y las quimeras.
Espera a que giren las veletas,pero eso no sucede y Nak permanece anclado al suelo del malecón deseando que el Océano se lo lleve en una gran ola amarilla repleta de jóvenes ahogadas.
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