Nak espera bajo los soportales a que escampe el aguacero de zumo de moras..Los Ciudadanos se arrebujan en el asiento trasero de sus limusinas, los oficinistas corren hacia el penúltimo tranvía amarillo, algunos ñandúes polacos giran sus afilados perfiles hacia el cielo.
Nak aguarda, los aguaceros violentos suelen traer extraños náufragos o atractivas muchachas de con el Océano en su mirada. Esta noche quizás la fortuna quiera regalarle caricias furtivas y besos frescos o tal vez aparezcan diablitos diletantes que le arrastren hacia los antros de música y alcohol donde siempre habitan la urgencia, el deseo y el ansia.