Oficinistas agobiados apurando el paso tras los tranvías amarillos. El paso suave de los aerodeslizadores y el canto roto de los ñandues polacos mendigando atención y vodka de garrafón. Los Ciudadanos vociferantes siguen aclamando a sus viejos líderes cada vez que aparecen en las pantallas
Nak evita todo contacto,la vista al frente,las manos en los bolsillos de su gabán, Llueve,siempre parece llover. El viento se cuela en los soportales y arranca extraños sonidos.
Nak ya no sabe si es de día o de noche .Los neones parpadean,las farolas arañan el aguacero. Un reloj da siniestras e indefinidas campanadas. El tiempo,esa engañifa,parece dilatarse y encogerse al gusto del viento y de las lluvias.
Nak se refugia en los soportales aguardando que las pesadillas no le alcancen.Nak comienza a desear el comienzo de la hora de los sueños que duelen,cierra los ojos para recordar la caricia suave de una mano en su brazo y el susurro de unas frases en sus oídos.
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