Las noches se hacen más cortas sin la presencia de las pesadillas y,aún así,Nak sigue esperando el filo doloroso del amanecer,la luz incierta rebotando en el Océano y las ansias de abrir sus alas rotas.
Termina la noche con el estrépito de los camiones de basura y a Nak se le escapa una lágrima ácida.
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