Nak se despierta de su sueño y
todavía se pregunta dónde dejó Molibdeno su
gastada cazadora de cuero. Las penúltimas imágenes de la pesadilla
recurrente pegadas a sus párpados. Los vasos con restos de licor, los cigarrillos
mentolados de cualquier desconocida que Molibdeno embaucó en el último bar a
punto de cerrar.
Nak cree despertar de su sueño y todavía se pregunta quienes son Honic Grobe
o Lichtte Pik. Se pregunta quien narices dejó una tarjeta en su buzón con unos
labios pintados y un mensaje en un idioma irreconocible.
La mañana se arrastra entre resaca y dolor, entre desesperanza y retortijones.
Afuera aúlla el viento y sigue pasando el eterno tranvía amarillo con sus
agobiados oficinistas, sus jóvenes risueñas y los soldados de permiso.
-"Quizás todo sea un mal sueño" se dijo Nak, Molibdeno le guiñó el
ojo sugiriendo "A lo mejor es una buena pesadilla".

