Sueño que jamás soñé. Me despierto aliviado y bebo sorbos de ginebra caliente que alguien ha dejado cerca de mis manos. Una luz anaranjada juega entre las persianas y las gaviotas vuelan sobre un cielo azul mentira; puede que esto también sea un sueño.
Si alguien abriese la tapa del ataúd, tal vez, me podría levantar.

No hay comentarios:
Publicar un comentario