Si no nos empeñásemos en escuchar solamente el eco de las voces cascadas podríamos sentir susurros que indican desde donde van a soplar los vientos y lo alto que subirán las mareas.
Unidos por vínculos tan tenues que desaparecen al soplar la brisa desde el Ilthis, que se desvanecen en tardes amarillas repletas de Ciudadanos orondos devorando placenta.
Unidos por un cordón tan débil como la inexistente línea del horizonte donde lloran los balandros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario