El peso de las derrotas en su condena cotidiana era mucho mayor que el peso de los días sobre sus huesos.
Su conciencia se enquistaba,densa y maloliente,en sus pequeños e inútiles deseos.
Nak solamente anhelaba otro amanecer sucio sin soledades,mediodías luminosos con mentiras susurradas o noches sin fin cayendo en negros abismos ,pero solamente tenía brisa nocturna ya usada y un horizonte de vodka caliente.
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