No basta con cerrar los ojos.
No es suficiente . Nunca es bastante.
No, no colma el vaso de los deseos.
Siempre más, mucho más. Quedar ahítos de placer, sentir la plenitud de los instantes que jamás volverán.
No, nunca es suficiente cerrar los ojos y sentir la brisa del Océano en la cara, los alaridos de los Ciudadanos mientras golpean a los ñandúes polacos, la tierna mirada lasciva de las paseantes y el olor de la desesperación de los oficinistas en el tranvía.7
Pero Nak quiso abrir de nuevo los ojos , sólo pudo ver un extraño vacío gris y un silencio que jamás había sentido en ninguna pesadilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario