Una noche llena de encuentros extraños en antros repletos de adolescentes viciosos y mujeres escapistas.
Una noche en la que los ñandues polacos recibían las patadas de los Ciudadanos y hombres tristes se masturbaban delante de las cámaras web.
Hora tras hora Nak se movía entre los vómitos de estrellas negras y besos con sabor a despedida reflejados en un Océano imposible.
Al despertar se sacudió el alma de pesadillas agrias para beber amargos tragos de realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario