lunes, 17 de diciembre de 2012

Nak 152.0

La tos  parece arrancar trozos de pulmón en cada envite. Nak se encorva ante el dolor.
La noche se viene en fragmentos de cuerpos y mucosidades extrañas.
Tranvías amarillos en los que viajan oficinistas de mirada perdida, jóvenes de  ojos mentirosos y tratantes de sueños.
La tos no se marcha y, poco a poco, Nak trata de olvidar que tuvo pulmones, que pudo respirar ,que pudo soñar.
Al amanecer Nak  se aferraba a la almohada como un naufrago a una tabla. Su tos seguía martilleando su oídos, pero comenzó a reconocerla como otra nueva derrota que le acercaba al final.




No hay comentarios:

Publicar un comentario