Ciudadanos obesos obsesionados con las bragas de encaje de las muchachas que huelen a lavanda. Oficinistas con priapismo arrastrando sueños húmedos por callejones que apestan a orín.Ñandúes polacos huyendo despavoridos al escuchar las 13 puñaladas en el reloj de las decapitaciones.
Noches de tristeza infinita y angustia anclada en el pecho.
Nak camina rápido hacia el colmado para comprar una botella de vodka asqueroso que limpie sus tripas y nuble su mente.
Noches frías con mujeres de hielo y carteras vacías.Noches para olvidarse de si mismo y caer rendido entre las piernas de piel seca y palabras lejanas.
En cualquier momento de la madrugada Nak se incorporará en su camastro desvencijado y podrá escuchar como jadean los terribles vecinos mientras intentan correrse por enésima vez,suspirará y comenzará a olvidar.
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