Nak podría esperar algún gesto que le rescatase,pero solamente encontraba viejas cartas arrugadas,frases inconexas,naipes marcados y líneas de la mano afortunadamente mudos.
Así que siguió aguardando, evitando el sueño,en el viejo camastro a que los relojes diesen las puñaladas de rigor.
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