Aparece el sol asesino ,el viento que agita las pieles de las serpientes y nubes extrañas que se arrastran por cielos imposibles.
Duele tanto como el silencio y el desapego. Duele tanto como la presencia ausente y las risas hipócritas.
Parece estallar, pero sólo es el sol arrancando el dolor a tiras mientras el atardecer se desparrama sobre las terrazas de una ciudad aparentemente vacía.
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