Nak flotaba Sombras. Pensamientos rotos. Fragmentos de naufragios; restos de huidas, de derrotas.
Ecos. Voces distorsionadas. Gemidos. Memoria del abismo. Lluvia, tranvías, oficinistas de mirada perdida y Ciudadanos borrachos.
Y entonces, lo vio. No era él. Lo miraba. Sin rostro.
Nak entendió. No estaba solo. Nunca lo estuvo.
El abismo no era vacío. Era espejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario