Al amancer ,el frío dejó sus alas rotas y algunos gusanos arañando sus tripas;en sus labios reposaba diminuta mariposa negra.
La nieve comenzaba a caer en círculos amarillos y los tranvías atrpellaban ñandúes polacos en una competición liderada por conductores de mirada acuosa y cerebros licuados.
Nak dejó que la mariposa revolotease contra el cristal unos segundos;solamente unos segundos.
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