Nak bebe despacio su vodka caliente,amargo;con sabor a derrota,entre desconocidas muchachas de mirada lúbrica y piernas interminables que jamás le rozarán la piel.
La noche transcurre plácida,hipnótica entre las proposiciones de las mujeres de alquiler y las babas de los Ciudadanos empalmados.Noches de invierno repetidas hasta la nausea que solamente consiguen arrancar jirones de ilusiones a un Nak cada día más cansado de sentir a los gusanos royendo sus tripas.
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