Perdido entre la bruma de la fiebre Nak querría recordar aquellos días de plomo y hielo en los que los Ciudadanos perseguían a los ñandúes polacos y les golpeaban las espaldas con sus bastones,pero sólo lograba retener en su memoria sonrisas tiernas,caricias al mediodía y suaves besos.
A la mañana siguiente,ya sin fiebre,Nak se preguntaba de donde habría sacado semejamtes delirios.
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