Las heridas que provoca cicatrizan al amanecer para volver a supurar en cuanto los recuerdos rozan la piel.
La indiferencia que muestra ahoga como un presa en el cuello.
Llega el anochecer y no hay otro lugar donde refugiarse.Ya no hay más sitios a los que escapar excepto el duermevela del amanecer donde todo es tan perfecto que sólo hay sitio para otro vómito.
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