Humo de algo más que un cigarrillo. Copas de mejunjes innombrables. Resaca. Mentiras.
Luces para epilépticos. Dándolo todo sin recibir más que una estúpida sonrisa que nada arregla.
Ese dolor más allá de las órbitas de los ojos. Olor a algo conocido que no se puede nombrar y sonrisas de los tratantes de sueños.
Empujones y manos que buscan más cosas que las carteras.
"Aquí no hay reglas"-susurró en su oído y su lengua, lenta y ávida, recorrió su oreja. Patrañas noctámbulas para no condenarse .
Una imagen fugaz de ojos brillantes invitando a subir al coche.
Carmín y lentillas, petaca y suspiros .Afuera el frío o la nada
Nak decidió que ya era demasiado y se dejó ir...se estaba tan calentito allí.
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