Las zapatillas, el pelo corto y el sabor de la cerveza fresca.
Algunos sueños se apelmazan en las sábanas revueltas. Suena la brisa nocturna y las canciones que jamás compartieron. Sabía las palabras adecuadas, pero no era tiempo de pronunciarlas, nunca habría tiempo.
Agarrado al vaso intentaba no naufragar, trataba de escuchar las nubes o atrapar más imágenes para noches como esta.
Solamente el sabor de sus muslos en los labios y otro sueño para sonreír.
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