Nak escribía sobre un papel arrugado. Juntaba letras y deseos y solamente conseguía enormes borrones de odio y hiel.
Nak garabateaba sobre una sucia postal que mostraba un muelle con barcos oxidados y gaviotas borrachas.
Ninguna de sus palabras era hermosa,todas se concentraban en una enorme mentira podrida.
Suspiró y dejó que el buzón absorbiese la postal y se quedó con el papel arrugado,guardándolo para mejores ocasiones en las que la lluvia hiciese aullar de nuevo a los ñandúes polacos.
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