Sus errores en una lista arrugada y sucia,garabateados a lápiz;como si una simple goma pudiese borrarlos de su memoria,
Decidió arrojar el papel amarillento y gris al fuego,sabiendo que,a pesar de todo,aquello no purificaría su alma ni le haría olvidar,ni tampoco lograría que esa noche pudiese tener hermosos sueños de casas menguantes y presencias perturbadoras.
Sus errores continuaron enquistados en sus tripas y el amancer jamás llegó.
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