El objetivo desaparecía de su vista cuando estaba al alcance de la punta de sus dedos.
La meta se desplazaba cien metros más hacia adelante cuando estaba a punto de ser cruzada.
La línea de gol se borraba cuando el balón estaba a punto de rebasarla en su totalidad.
Y así,momento tras momento, hasta el agotamiento final en el que ya no hubo objetivos,metas,lineas de gol;y sólo quedaron la melancolía,el engaño y los fantasmas acariciando su ausencia.
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