Arrastrado por el viento que se cuela en su abrigo raído, Nak parece no tener otro destino que dar tumbos por bares infectos donde se bebe vino peleón, garriros infectos de música estridente y lugares sin nombre donde las palabras son inútiles.
Nak sabe que el amanecer quizás le vuelva a sorprender vagando entre viejas pesadillas mientras intenta recuperar hermosos y olvidados sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario