Maldiciones y espejos. El cristal al fondo de una habitación vacía. La luz rebotando en cuerpos desconocidos. Los espejos multiplican las aberraciones.
Hasta el infinito en sucesivas copias de lo inútil, hasta la extenuación las mismas palabras susurrando el único mensaje.
Reflejos sobre el espejo roto, fotogramas de cristal y sangre.
Hazlo de nuevo: rompe la cadena de lo previsible y destroza el vidrio para siempre.
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