La sonrisa del vencedor. La mirada alegre de aquel que encuentra un día sin estrenar y acapara toda la brisa de la mañana. Los jadeos entrecortados de los amantes que se reencuentran tras una larga ausencia,
La luz del atardecer sobre una ventana. Un vaso de refresco tan fresco que estremece. Una suave caricia de labios desconocidos.
La brisa marina enredando los cabellos. Los pies mojados: El horizonte tan despejado y lejano,
El olor de la piel, el sabor de los recuerdos, el color de los sueños. La victoria en la yema de los dedos, el deseo en la punta de la lengua y el motor encendido para devorar carreteras sin fin.
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