sábado, 16 de noviembre de 2024

Nak 511



   Tras una tarde anodina Nak decidió que había llegado el momento de perderse en los callejones de la vieja ciudad para dejar que los sueños le acariciasen los ojos y las mariposas le devorasen las entrañas.

Una vez más no hubo suerte y sólo consiguió esquivar a ñandúes polacos apilados en el suelo, ebrios Ciudadanos vomitando estrellas ,mujeres  rotundas repartiendo afiladas sonrisas que atravesaban corazones inermes y un par de oficinistas que no podían parar de reír.


                                   

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