Aquel gesto adivinado, aquellas mirada sin significados, aquel amanecer desperdiciado aquella mañana olvidada Este pozo sin fondo, esta negrura sin sentido; este dolor agarrado a las entrañas, esta angustia que devora las mariposas de las tripas. Esta derrota que corroe mis días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario