domingo, 26 de enero de 2020

Itinere

El cielo rojo,la carretera infinita.Los ojos bien abiertos.El horizonte alejándose.Suena esa canción que se arrastra en el recuerdo.
Un sol perseguido,la brisa que se cuela por la ventanilla,
Una caricia,una sonrisa,una mano.Canturreando.Todo parece quedar atrás,en un cambio de rasante envuelto en nubes de polvo. 
El automóvil sigue hacia adelante,siempre hacia adelante sin que se sepa que hay tras la próxima curva,tras la siguiente bifurcación.
Kilómetros y kilómetros.Nubes ancladas tan arriba,tan lejos.Montañas de recortable.
Espejismos al final de las rectas interminables.De nuevo esa canción.Las ruedas van desabrochando el asfalto tan caliente que parece deshacerse,desvanecerse.
No es huir,no es buscar nuevas sensaciones;simplemente es dejarse llevar,sentir,notarse vivo y esperar que los caminos no terminen nunca,que las carreteras  sean infinitas y que las rutas siempre sean compartidas.




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