Tardes en las que nada pasaba y todo podía ocurrir mientras no cambiase el viento y comenzase a traer pesadillas y gritos desesperados,imágenes del pasado y miradas vacías.Tardes para las que Nak no tenía preparada su coraza de desprecio y lejanía;entonces intentaba huir hacia cualquier parte donde no le alcanzase la risa sardónica del siempre desparecido Molibdeno ni los mordiscos de las mariposas en sus entrañas
.Intentaba huir,pero siempre le atrapaba la penúltima aguja del reloj o la postrera copa de licor caliente en la barra de cualquier bar.
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