Mañanas heladoras con frío en el rostro y los bolsillos llenos de atardeceres locos. Tardes intercambiables con humedad en las botas y la cartera vacía,
¿Y las noches? Las noches son territorio hostil con pesadillas pegajosas y sueños inquietantes-
Aún así Nak atesoraba algunas madrugadas de caricias esperanzadoras y cama revuelta en batalla homérica.
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