lunes, 25 de noviembre de 2019

Inmensamente

La piel, territorio de batallas incruentas, se erizaba con el roce sabio y travieso. Sentía su respiración contra su cuello. Entrelazados en penumbra  envueltos en música, saliva, sudor ;ya no están jadeantes ni con las mejillas arreboladas. Sus  bocas aún saben a sexo,palpitante  y cálido. El aire cargado de ese olor tan conocido y deseado. Notando como sus dedos recorren caminos en su piel, buscando atajos, encontrando rutas, retomando singladuras. 
Encuentro de miradas. Brillo, travesura, picardía. Desperezarse entrelazados  intentando vencer la  tentación de nuevos desafíos y cayendo en ella plenos de sonrisas, distendidos y cómplices.








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