"Ojalá 50 abrazos, ojalá 50 miradas cómplices, ojalá 50 roces de dedos que ponen la piel de gallina,ojalá 50 copas de vino compartidas, ojalá 50 atardeceres y 50 amaneceres a la orilla de 50 playas.
Ojalá vivirlos todos,compartirlos todos y jamás llevar la cuenta de los besos."
Nak no pudo dejar de sonreír ante esa letanía de merengue rancio. El indigente ,de mirada vidriosa , sostenía una copa imaginaría y brindaba a las estrellas.
Decididamente cada día el mundo era un lugar un poco peor y a Nak comenzaba a gustarle demasiado.

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