jueves, 14 de noviembre de 2019

Nak 439

Nada en la mirada, soledad en los bolsillos y un horizonte extraño que nadie conoce. Los instantes se desmoronan en una cascada inane de mórbida monotonía.
Llueve.
Nak no se siente mal ni bien; quizás ni tan siquiera sea consciente de su ser.
Permanece quieto. Es una cáscara vacía esperando su propia conmiseración. Nadie se acuerda de él; tampoco hace falta.




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