domingo, 21 de diciembre de 2025

Ríen ne va plus

El crupier salmodia las palabras mágicas. Se ha lanzado la bola que gira loca en una extraña ruleta.Aguardas con el pecho encogido el resultado final. Crees notar todas la miradas pendientes de tu reacción, aunque todos te ignoran, Escuchas el sonido del mecanismo , el repiqueteo de la esfera metálica contra las casillas y sabes que el resultado ya ha sido decidido en otro lugar , que el azar no es más que otra broma macabra y que la suerte nunca ha estado echada, pues el juego siempre ha estado trucado y nunca has tenido oportunidad de equilibrar la balanza . 




viernes, 19 de diciembre de 2025

Winter

Largas tardes de invierno. Silencios cargados de aquello que hace daño y de aquello de lo que no se habla. Tardes de invierno húmedas con olor a café y a mantequilla.

Siempre hay una luz encendida en el pasillo angosto que lleva a esas habitaciones en las que no queremos entrar, esas estancias que nos aguardan con un ambiente gélido y el sonido apagado de un reloj que no existe.

Esos atardeceres que preceden a noches de sábanas frías, crujido de maderas y sombras en los espejos.





martes, 16 de diciembre de 2025

Reacción

El espejo le ofrece una imagen demasiado conocida: un tipo de aspecto cansado, casi vencido por su cobardía y sus miedos. Tenía ganas de gritarle… —“¡Vamos, reacciona! ¡Muévete!”—. Pero el individuo continúa apático al fondo del cristal, sin dar ninguna muestra de empuje.

Busca algún resquicio en su expresión que le indique que, tal vez, algún día se pueda rebelar contra toda esa apatía y los puños hagan, aunque solo fuese eso, el amago de destrozar el cristal y gritar al viento sus palabras de ira…

Escudriña entre los pliegues de la piel que tiene enfrente y no logra encontrar indicio alguno de voluntad.

Y así, día tras día, se hunde en la espiral de la monotonía y la conmiseración; hasta que llegue el momento en el que ya no le quede nada más que el reflejo de lo que algún día fue.




domingo, 7 de diciembre de 2025

NAK 531.0

Desde el tranvía amarillo Nak ve la marea de gente aboyando en un mar de asfalto. El Ciudadano gordo, repantigado en el asiento contiguo clava el codo en el hígado de Nak. Las luces desvaídas de la ciudad sucia, maloliente. Los ñandúes polacos, asustados, se refugian de la lluvia en los soportales oscuros.

Nak se pregunta hasta donde podrá resistir está exhibición de carne con ojos, hasta donde le llevará este carrusel absurdo con olor a sudor y pies. Las pantallas de MundiVisión retransmiten las decapitaciones semestrales. Nak aprieta con fuerza un recuerdo en su abrigo raído, teme que salga disparado en cuanto se abran las puertas del tranvía. Pasa un aerodeslizador sobre las cabezas de los oficinistas estresados que agachan temiendo perder sus cabezas.

Afuera ha dejado de llover. Nak camina hacia ninguna parte con la esperanza de no llegar jamás.






lunes, 17 de noviembre de 2025

Wit

 

El río se desliza furtivamente hacia el Océano. La costa está delimitada por faros desorientados. El mar se repliega mostrando restos de ahogados, naufragios olvidados, y el eco de viejos lamentos. Escucha: alguien habla de amores perdidos.

 Correr hasta el acantilado y ver la luna roja. Lloran sobre un cadáver. No, no es el mío. Veo al hombre que hablaba de amores; es un viejo que aparenta serlo, pequeño, moreno, de rasgos afilados. Una anciana consuela a una jovencita de trenzas.

 Me hacen la señal de los condenados: la mano al hígado, luego al pecho; los pulsos mostrados hacia abajo. Mi hora parece cercana. No tengo miedo, aún puedes protegerme. La luna roja tiñe las estrellas de sangre. Llega el ataúd.

 El hombre de los amores perdidos bebe un vaso de vino mientras cuenta una triste historia que podría ser la nuestra. Quisiera volver hasta el río, nadar contra la corriente, perderme entre los juncos de la orilla opuesta y amanecer flotando entre las algas.

 El bramido del mar abre mis ojos. Ya no están ni el cadáver ni la anciana; solo queda el hombre, hablando a las estrellas, paseando su derrota aferrado al vaso de vino. La sirena de un gran barco estremece la estructura del faro. Alzo la mirada hasta la luna roja. No tengo lágrimas. Pienso en aquel cadáver pequeñito al que le sobraba medio ataúd. Asciendo por la escalera interior. No sopla el viento, pero las nubes se esfuerzan en ocultar la sangrienta luna coqueta. El mar me llama, negro y maligno.

 Creo ver la silueta del hombre de los amores desde la puerta del faro. Le cuenta a la hierba sus derrotas, explicando las cualidades del amante impetuoso e irreflexivo. No le compadezco. Continúa relatando historias a los tímidos cipreses; ni el resplandor de la luna roja puede hacerle callar.

 Una gran ola revienta en el muelle. El ataúd se hunde en el mar. La anciana, vestida de negro, lanza una carcajada histérica. La joven mira de soslayo al hombre, que habla con acento cansado. Yo debo vigilar la vieja maquinaria automática del faro.

 La luna roja clava sus reflejos sobre el ventanuco. Observo mi alrededor. El hombre sigue ahí, hablando de amores perdidos, con la cabeza metida dentro de una madriguera. Comienzo a odiarlo. Alguien señala a la anciana, que yace bajo un olmo raquítico, contando cómo el mar se llevó a la muchacha haciendo el suave sonido de un beso.

 El hombre siempre cuenta la misma historia. Vuelve a hacerme la señal de los condenados. La luna roja jamás se pone. El ruido de la engrasada máquina se mezcla con el rumor de las olas, el furor del viento y el maullido de las gaviotas.

 Aparece una sombra en la puerta del faro. Sé que quiere contarme su terrible historia de amor. La luna sigue parada allá arriba. Se marcha cabizbajo; es un perdedor.

 Las estrellas caen bañadas en sangre, los álamos se estremecen bajo el peso de los ahorcados. El hombre, al que le queda muy poco por hacer, intenta convencer a la anciana. La noche nunca finaliza. El río baja lentamente y la luna arranca reflejos mórbidos al agua oscura. Hace demasiado tiempo que cuido de la maquinaria del faro, apenas queda gente en el pueblo. Yo arremetía contra los dioses, maldecía la bruma opaca que llegaba del nordeste.

 Ha vuelto. Se obceca en contar historias. Aguantar su mirada basta para comprender que todo lo que cuenta es una mentira. Ya no hay barcos, solo el faro aferrado al acantilado y la luz trágica de la luna roja. El gran mentiroso se balancea delante de mis ojos atónitos, meciéndose al ritmo de la brisa del noroeste.

 Estoy muy cansado. La luna roja sonríe con malicia. Espera: Sí, alguien sube por el camino de grava. Veo la cara sonriente del Inspector. Un rayo de luna acaricia su rostro agradable. No le hago pasar. Temo que, como tú, se asuste al ver al hombre colgado, balanceándose al extremo de la soga.

 Sonrío al verle alejarse camino del embarcadero. Continuaré aquí, cumpliendo las órdenes del Inspector, entre estas paredes blancas donde la luna dibuja extrañas sombras. Algún día el río ya no llegará al mar.

 Decido ir a bañarme. Nadar río arriba, porque no hay nada que hacer, salvo vigilar a ese pobre diablo balanceándose al ritmo de la brisa mientras los rayos de luna se cuelan por el ventanuco. El agua opaca me acoge, me dejo llevar por la corriente; desde la orilla opuesta me llega el olor de los juncos. Sería muy sencillo dejarse llevar hasta el Océano, pero alguien debe vigilar la maquinaria automática del faro.








domingo, 9 de noviembre de 2025

Dúo (versión final)

 Tuvo el tiempo justo para secarse las lágrimas, escuchar cómo se cerraba la puerta y quedarse, para siempre, entre una mañana lluviosa, una cama deshecha, unos platos sin fregar, los ojos de una mascota y el sonido obstinado de su corazón latiendo en silencio tras el dueto truncado.






lunes, 3 de noviembre de 2025

Nak 530.0

         Oficinistas agobiados apurando el paso tras los tranvías amarillos. El paso suave de los aerodeslizadores y el canto roto de los ñandues polacos mendigando atención y vodka de garrafón. Los Ciudadanos vociferantes siguen aclamando a sus viejos líderes cada vez que aparecen en las pantallas

Nak evita todo contacto,la vista al frente,las manos en los bolsillos de su gabán, Llueve,siempre parece llover. El viento se cuela en los soportales y arranca extraños sonidos.

Nak ya no sabe si es de día o de noche .Los neones parpadean,las farolas arañan el aguacero. Un reloj da siniestras e indefinidas campanadas. El tiempo,esa engañifa,parece dilatarse y encogerse al gusto del viento y de las lluvias. 

Nak se refugia en los soportales aguardando que las pesadillas no le alcancen.Nak comienza a desear el comienzo de la hora de los sueños que duelen,cierra los ojos para recordar la caricia suave de una mano en su brazo y el susurro de unas frases en sus oídos.





lunes, 13 de octubre de 2025

Dreams never end 3.0

   Nak se despierta de su sueño y todavía se pregunta dónde dejó Molibdeno su  gastada cazadora de cuero. Las penúltimas imágenes de la pesadilla recurrente pegadas a sus párpados. Los vasos con restos de licor, los cigarrillos mentolados de cualquier desconocida que Molibdeno embaucó en el último bar a punto de cerrar.

Nak cree despertar de su sueño y todavía se pregunta quienes son Honic Grobe o Lichtte Pik. Se pregunta quien narices dejó una tarjeta en su buzón con unos labios pintados y un mensaje en un idioma irreconocible.

La mañana se arrastra entre resaca y dolor, entre desesperanza y retortijones. Afuera aúlla el viento y sigue pasando el eterno tranvía amarillo con sus agobiados oficinistas, sus jóvenes risueñas y los soldados de permiso.

-"Quizás todo sea un mal sueño" se dijo Nak, Molibdeno le guiñó el ojo sugiriendo "A lo mejor es una buena pesadilla".


domingo, 5 de octubre de 2025

Dreams never...

             

        Sueña que sueño. Sueño un sueño en el que aparece soñando. Me desvelo. Pregunto a Nak que sucede en su sueño y sus palabras de deshacen antes de que lleguen a mis oídos. Molibdeno dice no soñar y se agita entre pesadillas recurrentes y sueños de pago artificiales.

       Sueño que sueña. Sueño que me sueña y en ese sueño su lengua de fuego acaricia mi piel, me abrasa ,me consume y los aullidos no salen de mi boca.

        Sabes que te sueña. Nak se acurruca en su catre tiritando de frío ,aguardando amaneceres imposibles en ciudades inexistentes cubiertas de nieve azul como los ojos del mal. Sabes que te sueña y  murmura conjuros para enviarnos a todos al infierno.

    Soñamos con tu sueño ,ese sueño que dices haber tenido, pero que no compartes porque nadie te lo ha pedido. Sueño que sueñas ciudades  ariscas con barrios sucios. Sueña que me sueñas perdido entre la bruma del puerto y la lluvia cíclica. Sueño que te sueño con esa sonrisa estúpida y esa cazadora azul gastada. Sueñas con el final de todo esto y sólo consigues recordar el sueño recurrente del puente de ferrocarril y tú saltando entre las vías .

    Dicen que ayer me soñaste...pero eso si que fue una pesadilla.




viernes, 3 de octubre de 2025

Schicksalsglaube

 Fatalismo.

Huidas hacia soles inexistentes. Escapadas hacia futuros lejanos, inciertos ; quiméricos.

Enfermeras, agujas y muestras de fluidos de apariencia dudosa. Cerrando los ojos surgen memorias de Océanos que jamás existieron. Cerrando los ojos escucha el leve susurro del tiempo resbalando entre las olas.

Fatalismo. Pastillas y mediciones. Escondites y palabras secretas. El silencio. La lejanía. Las puñaladas de lo cotidiano Las caricias que se perdieron en la penúltima pesadilla.

 Fatalismo. Apenas importa nada  salvo el llegar hasta el umbral del penúltimo sueño y poder abrir los ojos sin despertar.




viernes, 26 de septiembre de 2025

Sin palabras

 

                El silencio ocupa tanto espacio que devora los recuerdos de los gestos, que se lleva las memorias de las caricias 

                Para Nak existe algo peor que el silencio: las palabras hipócritas y frías revestidas de falso cariño. Esas palabras lanzadas como quien arroja comida a los patos famélicos del estanque. Palabras para justificar relaciones de poder .Palabras que, tras su apariencia meliflua, esconden el poder del más poderoso veneno.

                El silencio ocupa demasiado espacio y Nak hoy no tiene fuerzas para aullar.





jueves, 4 de septiembre de 2025

Rituales

     Rituales.  Giros. Encuentros. Desencuentros. Más rituales. Lo atávico (vaya Ud. a saber lo que significa eso). La sustancia que rodea el Universo y lo mantiene en equilibrio indecente. La sustancia que nos une a las pesadillas y las derrotas.

      Ancestral y heredado ese ritual de celebrar los giros, como peonzas . Sin aparente rumbo, sin aparente destino; pero avanzando ,aunque sea a trompicones ,hasta el premio final, para poder arrancar esa página en un calendario siempre imaginado, en una agenda siempre repleta de signos que muchos no quieren comprender.

     Rituales. Los deseos aguardan siempre al final de la vela, no les dejes escapar.

     Corre, salta, vuela; no te dejes atrapar; sigue manteniendo el soplo de brisa fresca y el brillo en la mirada. Corre, salta ,vuela; no te dejes atrapar y disfruta de tu día hasta el último rayo de sol, hasta la última ráfaga de brisa, hasta la última ola del Océano que algunos aún llevamos dentro.





jueves, 21 de agosto de 2025

Nak 529

                                   Noches cálidas tan falsas como los gestos frívolos de las jóvenes que esperan los tranvías seduciendo a los Ciudadanos orondos y patéticos. Los oficinistas andaban sin rumbo aferrados a sus carteras de piel demasiado gastadas. En algún lugar de la ciudad ululaban los ñandues polacos en época de celo; en realidad toda la ciudad estaba en época de celo.

                                   La noche abrazaba a Nak, le mecía; le dejaba la mente vacía ,tanto como los vasos que se alineaban frente a él en la barra sucia de ese bar. El bochorno se aferraba a los cuerpos y Nak deseaba que no terminase el ritual del apareamiento, que se alargase hasta los amaneceres cíclicos, hasta las mañanas resacosas, hasta esas tardes ociosas de sabor a sexo y sal.

                                 Nak se sumió en sus pensamientos y dejó que otras manos le llevasen al final de sus deseos. Olía a océano y a mentira y eso comenzaba a gustarle.

 







  












martes, 12 de agosto de 2025

Nak 528

Nak flotaba Sombras. Pensamientos rotos. Fragmentos de naufragios; restos de huidas, de derrotas.

Ecos. Voces distorsionadas. Gemidos. Memoria del abismo. Lluvia, tranvías, oficinistas de mirada perdida y Ciudadanos borrachos.

Y entonces, lo vio. No era él. Lo miraba. Sin rostro. 

Nak entendió. No estaba solo. Nunca lo estuvo.


El abismo no era vacío. Era espejo.



viernes, 8 de agosto de 2025

Nak al otro lado

                    Nak deambulaba por aquellas estancias desconocidas. Humedad, silencio, frío. Anaqueles repletos de libros con extrañas cubiertas de colores indescifrables. Tomó uno al azar.

"Penumbra. Sábanas revueltas. El aire tibio. Huele a mentiras, sexo y madrugada pegajosa  Nak está tumbado de lado, mirándola, No hay música. Se puede intuir el rumor de la calle en la que  pasa algún tranvía cargado de oficinistas alcoholizados.

—No pensé que esto pasaría —dice Nak, sin dramatismo.

—Yo tampoco —responde ella, con una sonrisa tranquila.

Silencio.

—¿Estás bien? —pregunta él.

—Sí. Sorprendida. Pero bien.

 —¿Sorprendida por qué? 

—Por mí. Por ti.

Nak asiente.

—¿Te arrepientes? —pregunta .

Ella lo mira. No aparta la vista. Irónica ,lejana ,triste;casi traslúcida;tan espectral que causa ternura.

—No. 

—¿Y te asusta? 

—Un poco. Pero menos de lo que pensaba.

Silencio. Incluso se han detenido los relojes y los trolebuses.

—¿Por qué no pasó antes? —pregunta Nak.

Ella suspira.

—Porque no me atrevía. Porque tenía miedo. Porque tú estabas demasiado cerca y yo… demasiado lejos.

—¿Y ahora?

—Ahora estoy aquí. No sé por cuánto tiempo. No sé si puedo prometerte algo. Pero estoy aquí, en Weisland.

Nak se incorpora un poco. Le acaricia el pelo.

—No quiero promesas. Solo verdad.

—¿Y cuál es la tuya?

—Que te he querido mucho tiempo. Que no sabía si era obsesión, deseo... .por primera vez, no me duele estar contigo.

Ella sonríe. Le besa .

—Yo también te he querido. A mi manera. 

—¿Y ahora? 

—Ahora quiero saber si puedo quererte sin miedo.

Silencio largo. No incómodo. Profundo. 

—¿Y qué hacemos con esto? —pregunta Nak.

—Lo vivimos. Sin prisa. Sin culpa. Sin esconderlo.

Nak se tumba de nuevo. Ella se acurruca contra él.

—¿Sabes? —dice ella—. Pensé que si alguna vez pasaba esto, me rompería. 

—¿Y? 

—Me ha reconstruido."

No quiso seguir leyendo, Nak cierra el libro.Camina otra vez sin rumbo por esas estancias esperando despertar algún día o que,simplemente,alguien vuelva a poner el libro en su lugar.




Nak 527

                   

          Relamiéndose las heridas. Disfrutando del sabor de la sangre y la saliva. Deleitándose con su dolor. Delirio masoquista entre sombras, reflejos y espectros. 

         Lo que nunca fue. Lo que no es .Lo que jamás será. Ahoga sus carcajadas en tragos de ginebra caliente  mientras los demás se diluyen ante sus ojos, se funden con las paredes y la música no deja de atronar en su cabeza.

       Sigue sin cerrar, pero ya no duele: quizás nunca dolió, quizás allí, en el fondo de sus pesadillas, Nak pueda encontrar algún resorte, alguna clave que termine con su ansia.





viernes, 11 de julio de 2025

My Own Ocean


Conocerse. Brújula en la oscuridad. Refugio de perros verdes, bichos negros y mariposas. Sin filtros, sin medida: asomado al abismo, asomado a los espejos que devolvían espectros en lugar de reflejos.


Ancla, también la llaman muerto en otros sitios. Palabras de fuego. Alguien, desde muy lejos dice "eso que te llevas". Dolor agarrado a las tripas. No hay furia. Solo humo, y espejismos. El pulpo soltó su presa. Caricias huérfanas de piel. Volar alto en soledad sintiendo mi aire. Y es real.




lunes, 24 de febrero de 2025

Dark dream.

Los abismos no avisan: surgen ante sus pies reclamando su botín. Las simas aguardan que se precipite en sus  negras fauces. Nak piensa que es muy fácil dejarse arrastrar, abandonarse en las garras de la oscuridad sintiendo la caricia fría de lo desconocido ,relajarse con el silencio que precede al fragor del impacto contra aquello que aguarda al otro lado.

No, No avisan; sin embargo tenía todas los indicios indicaban que sucedería y que ,en alguna madrugada, aquel sueño no terminaría con un despertar agitado y un jadeo  espasmódico.




domingo, 5 de enero de 2025

Fondo

 

El dolor sordo en el pecho que sólo parece desaparecer si se suspira o si, con un poco de suerte, podemos gritar hasta quedar roncos.

La sensación de vacío y final en estos días húmedos con olor a orines y sudor. La tremenda certeza de que se abre un abismo ante los pies y acabará por devorarnos.

El gusto por saber que nada es eterno y el miedo ante toda esa oscuridad que nos abraza cada noche ,empujándonos cada vez más hondo suplicando poder tocar fondo para siempre.