domingo, 13 de febrero de 2022

Fetiches y mentiras

 Pasos resonando sobre los adoquines. Humedad. Lluvia ligera. Ese frío de las tardes inhóspitas y sucias. Escaparate. Colección de nimiedades, inventario de pequeñas cosas inútiles. Belleza de cristal y bibelots. Fascinación de baratillo. Efecto sedante

Ritual Hilos invisibles que atraviesan la vieja ciudad. Perderse en un océano de belleza inútilmente atemporal.

Día tras día. Ellos: el oficinista de largos cabellos y nariz grande, la señora con aspecto de gobernanta de hotel decrépito, la joven escuálida de rostro inteligente y el Ciudadano entrado en carnes, el cual no dejaba de atusarse un inexistente bigote. Tranvías amarillos, vodka caliente y océanos de indiferencia en las sucias barras de bares sin nombre.

Hechizos. Magia y prestidigitación. Paseos bajo aguaceros infernales. La rutina, la tradición: el embeleso

Años de adolescente apocado quedándose atrás. Historias inventadas sobre jóvenes chaperos y meretrices de alto standing. Absurdas imágenes entre el vaho del vino peleón y la cerveza caliente. La mente, libre y viajera, y las puñaladas del tiempo en las imágenes que reflejan los espejos. Las mentiras para manipular mentes débiles deseosas de halagos fáciles.

Años tirados a la basura buscando en las noches el reflejo de lo que jamás se tuvo. Perseguir un oasis donde soñar que nunca se soñó.

Un día cualquiera, te podrás ver reflejado en los cristales sucios de aquel escaparate que sirvió de salvavidas. Sentirás vértigo y verás pasar todos esos años como si los estuviesen proyectando sobre el cristal donde pareces flotar. 

Inspirar fuertemente y cruzar el umbral. Alguien sonríe.

Ahora sus pasos resuenan en otra ciudad, más fría e inhóspita, pero, al llegar a su piso, sólo tiene que cerrar los ojos, acariciar su regalo y, así, transportarse de nuevo a su hogar.






No hay comentarios:

Publicar un comentario