viernes, 4 de febrero de 2022

Unruhe

Claridad. Sol frío, Azul desvaído, abúlico. La angustia debe cambiar de bando. El ansia agarrada al pecho.
La congoja anidad entre las costillas, aplastando lo poco que queda de corazón. Boqueando como un nadador ,al borde del paroxismo, a milímetros de tocar la pared, 
La brisa asquerosa y sucia de las mañanas tan azules que provocan arcadas. Los silencios medidos para golpear con mayor fuerza. 
La congoja va a cambiar  de dirección, el terror no va a ser unidireccional., el silencio no va a mordernos las tripas. El viento del norte levanta olas turbias. La playa repleta de algas y fragmentos de lo que, alguna vez, fueron los sueños y las almas de los oficinistas desesperados. Caminar al borde del Océano y desear que ese penúltimo golpe de mar lo engulla todo y se lo lleve lejos, muy lejos ;a las profundidades donde ,quizás, ya no quede ni un atisbo de ansiedad, ni una pizca de zozobra .




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