"No hay más que el aquí y ahora, sea este cual sea; no existe el tiempo más allá de esta copa de vino.
Aquí y ahora es la noche tranquila, quizás me esconda en algún lugar conocido pero nunca pisado, quizás me acurruque en algún rincón de un sueño; quizás encuentre un resquicio en la oscuridad.
Aquí y ahora, no hay más; quizás algún recuerdo antiguo que hace sonreír con tristeza, quizás alguna frase que jamás fue dicha; no hay más.
Quizás sea el vino, quizás sea el sol bobo de abril..."
El pobre hombre seguía mascullando su letanía, su discurso gastado, sus palabras vacías. Allí lo dejé, vaciando su botella de vino mientras me perdía de nuevo entre los soportales. La lluvia seguía desdibujando la ciudad y yo me preguntaba donde había quedado con Molibdeno y Nak.
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